martes, 30 de agosto de 2016
Lc 4, 38-41 El ministerio de proclamar el Evangelio de Jesús
Al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella. Ël, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían demonios que gritaban y decían: “tú eres el Hijo de Dios”. Los increpaba y no los dejaba hablar porque sabían que él era el Mesías
Misión significa literalmente ser enviado, encomendarle a uno una tarea. Al más alto nivel esa es la misión de la Trinidad: la visible misión de la Palabra, que fue enviada por el Padre en la persona de Jesucristo, su Hijo, y la misión invisible del Espíritu Santo que fue envidado por el Padre y el Hijo. Jesús envió también a sus discípulos por todas partes para hacer a todas las nociones discípulos suyos. Su misión era extender el Evangelio, bautizar y predicar “…”(Mt 28, 19-20).a su vez los apóstoles o sus sucesotes envían a los fi3eles a continuar la misión de Jesús, que es proclamar el evangelio a toda la humanidad. Por lo tanto, ser llamado es ser enviado. El que es llamado aseguir a Cristo, es también enviado por él a través de la Iglesia para que el Reino de Dios se extienda por todo el mundo
Jesús extendió la Buena Noticia no sólo con palabras sino también con hechos. Cuida de la gente con la palabra de Dios, que es el alimento de sus almas. Al atardecer cura sus cuerpos. Los judíos del tiempo de Jesús crían que las enfermedades las causaba el diablo o eran consecuencia del pecado. En aquel tiempo el acceso a los médicos o la sanidad no era tan fácil como hoy. Cada vez que uno necesitaba curación, de una manera o de otra, tenía que buscar un médico que lo curara. Sin embargo, Jesús no sólo cura el cuerpo, sino que devuelve a la gente al poder de Dios. Los lleva a una dimensión más noble, esto es, “sólo Dios tiene el poder sobre todos los espíritus impuros”
h Dios, enséñanos a confiar en ti aunque tengamos algún contratiempo en nuestra vida de fe. Que creamos firmemente en ti para que caminemos seguros en nuestras vidas aunque no estés visiblemente presente entre nosotros. Que nos acordemos de nuestra misión de proclamar el Evangelio que hemos recibido en nuestro bautismo, para que demos fruto sin cesar al proclamar la Nueva Noticia con la ayuda del Espíritu Santo. Amen.
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