Y no os embriaguéis con vino, pues en esto hay desenfreno. Más bien, sed llenos del Espíritu, Hablando entre vosotros con salmos, himnos y canciones espirituales; cantando y alabando al Señor En vuestros corazones; dando
gracias siempre por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo;
El autor cita un ejemplo de la falta de inteligencia al no buscar la voluntad de Dios, el abuso del vino que embriaga. El desenfreno al tomar mucho
vino produce un descontrol de uno mismo, la embriaguez, y un
comportamiento lamentable. Tal abuso está condenado en Proverbios 23:29-35 Es bien sabido que la intemperancia en el uso de las bebidas alcohólicos resulta en fuerzas violentas, acciones criminales, deseos carnales, actitudes antisociales, trastornos emocionales, pérdida racional y el olvido de Dios. Tales cosas no son compatibles con la fe cristiana y atentan contra el testimonio del creyente. Además de la consideración de los resultados vergonzosos de la embriaguez, es posible que Pablo está asociando la intemperancia en el
uso del vino con algunas prácticas religiosas en ciertas religiones paganas de esa época. Por esta razón fue apropiado que él advirtiera a los efesios y otros que leyeran esta epístola que tuviesen cuidado de no emborracharse ingiriendo el vino como sus vecinos que lo hacían para entrar en comunión con los dioses
paganos
Esta exhortación fue dada a toda la iglesia en forma imperativa, no como
una opción y no al individuo solo.
La estructura gramatical de este versículo es tal que nos da a entender que el deber de toda la iglesia es ser llena del Espíritu en forma progresiva y constante, no una vez no más, ni por ocasiones esporádicas. Esta
llenura viene a los creyentes como el objeto llenado y no como el sujeto que procura ser llenado. Tenemos que desear y permitir que el Espíritu nos llene y no hacerlo el objeto de un esfuerzo humano o de una búsqueda como para apropiarse uno de él.
Del maestro de coro. Salmo. De David.
2. Yahveh, en tu fuerza se regocija el rey; ¡oh, y cómo le colma tu salvación de júbilo!
3. Tú le has otorgado el deseo de su corazón, no has rechazado el anhelo de sus labios.
4. Pues le precedes de venturosas bendiciones, has puesto en su cabeza corona de oro fino;
5. vida te pidió y se la otorgaste, largo curso de días para siempre jamás.
6. Gran gloria le da tu salvación, le circundas de esplendor y majestad;
7. bendiciones haces de él por siempre, le llenas de alegría delante de tu rostro.
8. Sí, en Yahveh confía el rey, y por gracia del Altísimo no ha de vacilar.
9. Tu mano alcanzará a todos tus enemigos, tu diestra llegará a los que te odian;
10. harás de ellos como un horno de fuego, el día de tu rostro; Yahveh los tragará en su cólera, y el fuego los devorará;
11. harás perecer su fruto de la tierra, y su semilla de entre los hijos de Adán.
12. Aunque ellos intenten daño contra ti, aunque tramen un plan, nada podrán.
13. Que tú les harás volver la espalda, ajustarás tu arco contra ellos.
14. ¡Levántate, Yahveh, con tu poder, y cantaremos, salmodiaremos a tu poderío
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