Aprobad lo que es agradable al Señor y no tengáis ninguna participación en las infructuosas obras de las tinieblas; sino más bien, denunciadlas. Porque da vergüenza aun mencionar lo que ellos hacen en secreto. Pero cuando son denunciadas, todas las cosas son puestas en evidencia por la luz; pues
lo que hace que todo sea visible es la luz. Por eso dice: ¡Despiértate, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo!"
Pablo hace un contraste entre la luz y las tinieblas. Sabemos que la luz ilumina y purifica, mientras las tinieblas producen el menoscabo y el desarrollo de los microbios. La mayoría de los trabajadores del mundo trabajan de día, cuando hay luz, porque pueden rendir más. En cambio, la mayoría de los crímenes se
cometen durante la noche. Los clubes nocturnos y otros lugares de diversión carnal atienden a la mayoría de los clientes de noche. Pablo dice que los frutos de la luz son bondad, justicia y verdad. Después, dice que ni quiere mencionar los frutos de las tinieblas, pero podemos saber que está refiriéndose a la maldad y los vicios que producen el engaño, la injusticia y la mentira.
Parece que Pablo cita de Isaías 60:1: ¡Levántate! ¡Resplandece! Porque ha llegado tu luz, y la gloria de yahve ha resplandecido sobre ti. Este versículo ha sido el lema de las organizaciones misioneras que se han dedicado a orar por los misioneros y dar sus ofrendas para el sostenimiento de ellos, mientras llevan el
evangelio a los lugares más recónditos del mundo. Pablo apela a que seamos hijos de luz, para arrojar la luz del evangelio a todas las personas que andan en las tinieblas. Cristo es la luz del mundo, pero tenemos que esparcir esa luz por medio de nuestro testimonio y vida
Y, en contraposición, no podemos auto engañarnos, lo que hacemos a escondidas, tarde o temprano se manifestara, pero, aunque no fuera así, que lo es, las tinieblas totales no existen. Recordemos lo que dice el autor de la epístola a Los Hebreos:
“Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de
testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”
Hebreos 12.1.
Salmos, 19
1. Del maestro de coro. Salmo. De David.
2. Los cielos cuentan la gloria de Dios, la obra de sus manos anuncia el firmamento;
3. el día al día comunica el mensaje, y la noche a la noche trasmite la noticia.
4. No es un mensaje, no hay palabras, ni su voz se puede oír;
5. mas por toda la tierra se adivinan los rasgos, y sus giros hasta el confín del mundo. En el mar levantó para el sol una tienda,
6. y él, como un esposo que sale de su tálamo, se recrea, cual atleta, corriendo su carrera.
7. A un extremo del cielo es su salida, y su órbita llega al otro extremo, sin que haya nada que a su ardor escape.
8. La ley de Yahveh es perfecta, consolación del alma, el dictamen de Yahveh, veraz, sabiduría del sencillo.
9. Los preceptos de Yahveh son rectos, gozo del corazón; claro el mandamiento de Yahveh, luz de los ojos.
10. El temor de Yahveh es puro, por siempre estable; verdad, los juicios de Yahveh, justos todos ellos,
11. apetecibles más que el oro, más que el oro más fino; sus palabras más dulces que la miel, más que el jugo de panales.
12. Por eso tu servidor se empapa en ellos, gran ganancia es guardarlos.
13. Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros? De las faltas ocultas límpiame.
14. Guarda también a tu siervo del orgullo, no tenga dominio sobre mí. Entonces seré irreprochable, de delito grave exento.
15. ¡Sean gratas las palabras de mi boca, y el susurro de mi corazón, sin tregua ante ti, Yahveh, roca mía, mi redentor.




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