jueves, 28 de abril de 2016

1 Pedro 4:2




“Fortaleceos vosotros mismos a fin de vivir aquí en la tierra haciendo lo que Dios quiere, no las cosas malas que la gente quiere"







Qué estás haciendo para fortalecer tu fe? a continuación encontrarás algunas cosas que podrías hacer: Estudia la Biblia. Necesitamos convertir su palabra como parte de nuestra vida. La palabra de Dios está inspirada y te ayudará a estar completamente equipado para lograr todo lo que Él quiere que hagas.
Mantén un tiempo con Dios. ¿Cómo andas en tu tiempo personal con Dios? para algunos de ustedes esta es una pregunta que induce culpabilidad, posiblemente porque estés tratando de tener ese tiempo como hace mucho tiempo alguien te enseñó y ese método no vaya de acuerdo a la manera en que Dios te formó. ¿Qué necesitas para pasar tiempo diario en la Palabra de Dios?
Lee libros cristianos. Hazte un favor, aprende todo lo posible, alimenta tu alma continuamente con lo que otros creyentes dicen. Si lo único que hago es estudiar la biblia por mi lado sin escuchar lo que otros cristianos tienen que decir al respecto, estoy desaprovechando la sabiduría y experiencia de otros creyentes.
Mantén tu testimonio fresco. ¿Qué es lo que Dios está haciendo en tu vida? ¿C
uándo fue la última vez que redactaste tu testimonio?, si lo escribes, Dios te va a dar la oportunidad de compartirlo. Cuando compartes tu testimonio con otros, fortaleces tu fe. Mantente fiel a un grupo pequeño de creyentes. La Biblia dice que esto es lo que debemos hacer "...anímense los unos a los otros, y ayúdense a fortalecer su vida" (I Tesalonicenses 5:11a TLA). Estamos en un  maratón de la fe y es necesario que corramos juntos, necesitamos el ánimo y la ayuda de otros creyentes.
 
 
 
 
 
DIOS USA PERSONAS QUE FORTALECEN TU FE
 
 

Escucha mis palabras, Yahveh, repara en mi lamento,
3. atiende a la voz de mi clamor, oh mi Rey y mi Dios. Porque a ti te suplico,
4. Yahveh; ya de mañana oyes mi voz; de mañana te presento mi súplica, y me quedo a la espera.
5. Pues no eres tú un Dios que se complace en la impiedad, no es huésped tuyo el malo.
6. No, los arrogantes no resisten delante de tus ojos. Detestas a todos los agentes de mal,
7. pierdes a los mentirosos; al hombre sanguinario y fraudulento le abomina Yahveh.
8. Mas yo, por la abundancia de tu amor, entro en tu Casa; en tu santo Templo me prosterno, lleno de tu temor.
9. Guíame, Yahveh, en tu justicia, por causa de los que me acechan, allana tu camino ante mí.
10. Que no hay en su boca lealtad, en su interior, tan sólo subversión; sepulcro abierto es su garganta, melosa muévese su lengua.
11. Trátalos, oh Dios, como culpables, haz que fracasen sus intrigas; arrójalos por el exceso de sus crímenes, por rebelarse contra ti.
12. Y se alegren los que a ti se acogen, se alborocen por siempre; tú los proteges, en ti exultan los que aman tu nombre.
13. Pues tú bendices al justo, Yahveh, como un gran escudo tu favor le cubre.
 
 
 

Salmos 27:1






“El SEÑOR es mi luz y mi salvación. ¿A quién podría yo temerle? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida,así que no le temo a nadie." (Salmos 27:1 PDT)
 
 

 


 
 
El miedo al rechazo se basa en dos cosas. Primero, todos necesitamos ser amados. Es un hecho. Todos necesitamos desesperadamente dosis masivas de amor en nuestra vida, para ser individuos saludables. Dios dice: “Quiero amarte”. Dios es amor, y Él sabe que necesitas ser amado.Pero, segundo, desarrollamos la falsa idea que nuestra necesidad de ser amados depende solamente de una
persona o de un grupo de personas. Cuando tienes la expectativa de que alguien puede llenar el 100% de tu necesidad de amor, estás en problemas.
Te estás preparando a ti mismo para ser herido y estás abriendo
puerta para el miedo al rechazo. Cuando buscas que cualquier otra persona aparte de Dios llene toda tu necesidad de amor, no puede. No hay un solo ser humano vivo que pueda amarte tan completamente como necesitas ser amado, y nunca lo habrá. Solo Dios puede hacerlo. Por eso, el primer paso para superar el miedo al rechazo es poner a Dios en primer lugar, porque Él es el único que puede satisfacer todas tus necesidades. ¿Te ama Dios a veces a través de otras personas? Por supuesto. ¿Quiere Dios que amemos a otros? Sí.
¿Quiere usarnos Dios como canales de amor? Absolutamente.
Pero, nunca vas a tener todas tus necesidades satisfechas por ninguna persona o grupo de personas. Dios nunca tuvo la intención de que sea de esa manera. Ellos simplemente no tienen suficiente amor. El amor humano es limitado. El amor de Dios es ilimitado e incondicional. No importa cuán profunda sea tu necesidad,
Dios puede satisfacerla. El primer paso para superar el temor al rechazo es darte cuenta que el Señor, y nadie más, es tu luz y tu salvación. "El SEÑOR es mi luz y mi salvación. ¿A quién podría yo temerle? El SEÑOR es la fortaleza de mi
vida, así que no le temo a nadie." (Salmos 27:1 PDT). Esto significa que busco al Señor para que ilumine mi dia, por lo tanto no dependo de otras personas para hacer o deshacer mi día. Espero del Señor que salve mi vida, así que no dependo de que otros me acepten o me rechacen. Y esto significa que ya no necesito tener miedo. La clave para la asertividad no es que me psicoanalice, no es ser agresivo y vivir una vida egoísta, sino entender cuan profundamente te ama Dios. Cuando comprendas esto plenamente, podrás decir: “Dios me ama, y si a ti no te gusto, es tu problema”.El secreto para simplificar la vida es decir: “Voy a hacer lo que le agrada a Dios. Si hago eso, de seguro mi vida se simplificará. No importa lo que otros piensen.
 
 
 LA ACEPTACION DE DIOS ES TODO LO QUE NECESITAS



2. Cuando clamo, respóndeme, oh Dios mi justiciero, en la angustia tú me abres salida; tenme piedad, escucha mi oración.
3. Vosotros, hombres, ¿hasta cuándo seréis torpes de corazón, amando vanidad, rebuscando mentira?
4. ¡Sabed que Yahveh mima a su amigo, Yahveh escucha cuando yo le invoco.
5. Temblad, y no pequéis; hablad con vuestro corazón en el lecho ¡y silencio!
6. Ofreced sacrificios de justicia y confiad en Yahveh.
7. Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?» ¡Alza sobre nosotros la luz de tu rostro! Yahveh,
8. tú has dado a mi corazón más alegría que cuando abundan ellos de trigo y vino nuevo.
9. En paz, todo a una, yo me acuesto y me duermo, pues tú solo, Yahveh, me asientas en seguro.
 
 

martes, 26 de abril de 2016

(Hebreos 12:1b )






“Quitémonos todo peso que nos impida correr, 
 
especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace 
 
tropezar...” (Hebreos 12:1b )
 
 
 
 
Si quieres terminar la carrera de la vida, si quieres llegar a la meta final, vas a tener que dejar algunas cosas que probablemente te están deteniendo en la carrera. Llámalo descongestionar; llámalo simplificar. Hayalgunas cosas que necesitan ser dejadas de lado para que puedas acabar correctamente.
¿Cuáles son las cosas de las que estoy hablando? Las cosas que te causan desaliento. Piensa de esta manera:Si conectas un foco de luz a una batería, la batería va a correr por un tiempo largo. Si conectas 100 focos de luz a una batería, se bajará la intensidad de la luz y se obscurecerá rápidamente. Cuando continuasañadiendo cosas a tu horario y a tu vida, rápidamente te desa
lentarás y te cansarás.En el versículo de hoy de Hebreos 12:1, quiero enfocarme en 2 palabras, "peso", y "pecado," porque estasson dos cosas que te están deteniendo en la carrera de la vida. Un peso o carga es cualquier cosa que te
demora, que te hace más lento. Puede ser una relación, un trabajo, una actividad, o un deporte. No tieneque ser una cosa mala. Un peso puede ser una cosa buena, pero si tienes demasiadas cosas buenas en tu vida, vas a colapsar porque no tienes tiempo para todas ellas. Tienes que aprender a decir "no" para crecer. Dios no espera que tú hagas todo. Un peso también puede ser una expectación
irreal que viene de la presión de los que te rodean o la
necesidad de complacer a alguien, o puede ser un recuerdo. Puede ser que estés atrapado en el pasado, agarrado de una alegría o una herida. El problema es que no puedes vivir en el pasado o aún en el futuro;
sólo puedes vivir en el ahora. Tratar alguna otra cosa te aumentará la carga. Cualquier cosa que sea carga, si no está funcionando entu vida, si te está arrastrando hacia abajo, necesitas dejarla ir.Identificar los pecados es fácil, ¿no? Los pecados son cosas que sabes que no debes hacer pero que las
haces. Tú sabes las claves para vivir un estilo de vida saludable o mantener tus finanzas en buena forma.¿Pero tú las haces? Santiago 4:17 dice, "Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace."
Entonces, si tú sabes que debes gastar menos de lo que ganas para estar financieramente saludable, no vayas y gastes lo que te vaya a poner en una deuda mayor. No necesitas mantenerte al nivel de los Rodríguez o los Ramírez o quien quiera con el que te estés comparando.
No necesitas usar la tarjeta de crédito. Vive dentro de tu realidad de tal forma que dejes a un lado lacarga financiera de la deuda y corre tu carrera correctamente
 
 
 
DEJA LAS COSAS QUE TE DETIENEN
 
 
 
 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Absalón.
 
2. Yahveh, ¡cuán numerosos son mis adversarios, cuántos los que se alzan contra mí!
3. ¡Cuántos los que dicen de mi vida: «No hay salvación para él en Dios!»
4. Mas tú, Yahveh, escudo que me ciñes, mi gloria, el que realza mi cabeza.
5. A voz en grito clamo hacia Yahveh, y él me responde desde su santo monte.
6. Yo me acuesto y me duermo, me despierto, pues Yahveh me sostiene.
7. No temo a esas gentes que a millares se apostan en torno contra mí.
8. ¡Levántate, Yahveh! ¡Dios mío, sálvame! Tú hieres en la mejilla a todos mis enemigos, los dientes de los impíos tú los rompes.
9. De Yahveh la salvación. Tu bendición sobre tu pueblo. 
 
 
 
 

lunes, 25 de abril de 2016

Eclesiastés 3:5b







“...un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse.”(Eclesiastés3:5b )
 
 

 



ELIGE UNA VIDA MÁS SIMPLE
 
 
 


Dios nunca tuvo la intención de que completáramos una lista de tareas con el propósito de nuestras vidas.Sin embargo, muchos de nosotros seguimos tratando de meter más y más en cada día.El hecho es que hay muchas cosas que creemos que tenemos que hacer y realmente no valen la pena. Mi punto es este: no simplificarás tu vida consiguiendo un organizador electrónico.La simplificación es realmente acerca de opcion es priorizar lo que es importante y luego te apegas a esas decisiones, no importa lo tentador que es añadir más a tu lista de tareas pendientes. De hecho, tomas aquellas actividades tentadoras y las pones en una lista de cosas que no debes hacer.Tú eres el único que puede asumir la responsabilidad por tu tiempo y aclarar lo que es realmente importante
para ti.Ahora, tal vez estás pensando, "Pero tengo que tener cuidado de los niños", o "tengo que hacer ese informe para el viernes." No soy ingenuo acerca
de las presiones que muchas personas sienten hoy en día, pero puede ser que esas cosas ,tus hijos, tu trabajo son las prioridades que debes tener en tu lista de tareas pendientes, y mueve otras cosas a la lista de cosas para no hacer.
 

El reino del ungido de Yahve

¿Por qué se amotinan las gentes,
    Y los pueblos piensan cosas vanas?
Se levantarán los reyes de la tierra,
Y príncipes consultarán unidos
Contra Yahve y contra su ungido, diciendo:
Rompamos sus ligaduras,
Y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos.
Luego hablará a ellos en su furor,
Y los turbará con su ira.
Pero yo he puesto mi rey
Sobre Sion, mi santo monte.
Yo publicaré el decreto;
 Yahve me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy.
Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra.
Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra.
11 Servid a Yahve con temor,
Y alegraos con temblor.
12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían. 



 

domingo, 24 de abril de 2016

1 Corintios 12:7

 
 
"Dios nos enseña que, cuando el Espíritu Santo nos da una capacidad
especial, lo hace para que procuremos el bien de los demás." 
 
 

 


 
 
Dios tiene un rol particular para ti en su familia.
Este rol es tu ministerio, y Dios te ha preparado para la tarea: “Dios nos enseña que, cuando el Espíritu Santo
nos da
una capacidad especial, lo hace para que procuremos el bien de los demás” (1 Corintios 12:7 ).
Tu congregación local es el lugar que Dios ha preparado para que descubras, desarrolles y uses tus dones
recibidos. Tal vez también tengas un ministerio más a
mplio, pero solo es adicional a tu servicio en el templo
local. Jesús no prometió que levantaría tu ministerio; sino que ha prometido que levantaría a su iglesia
 

Debes compartir la misión de Cristo en este mundo. Cuando Jesús vivió en la tierra, Dios trabajo a través desu cuerpo físico; hoy Dios trabajará a través de su cuerpo espiritual. La Iglesia es el instrumento de Dios en la tierra.
No somos solo un modelo del amor de Dios al amarnos unos a otros; sino que lo somos al amar al resto delmundo. Este es un privilegio increíble que se nos ha dado.Como miembros del cuerpo de Cristo, somos sus manos, sus pies, sus ojos, y su corazón. Él trabaja en elmundo a través de nosotros. Todos tenemosuna contribución que hacer.Pablo nos dice, “Lo que somos, a Dios se lo debemos. Él nos ha creado por medio de Cristo Jesús, para quehagamos el bien que Dios mismo nos señaló de antemano como norma de conducta” 
 
 

El justo y los pecadores

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
    Ni estuvo en camino de pecadores,
    Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento.
Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá. 


 

 

viernes, 22 de abril de 2016

Hechos de los apóstoles 13, 26-33






En aquellos días, habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga: - «Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las profecías que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que lo habían acompañado de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. Nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a los hijos resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo: "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy."» 



  • “Pero Dios lo resucitó de entre los muertos”

Pablo, desde la sinagoga, recuerda a los habitantes de Antioquía que lo de Jesús no fue un fracaso. En un primer momento todo parecía indicar que lo de Jesús había acabado mal, había terminado con su muerte. Una muerte que las autoridades de Jerusalén, con la ayuda de Pilato, le habían proporcionado, pretendiendo también la muerte de Jesús en muchos corazones en los que se había introducido. “Pero Dios lo resucitó de entre los muertos”. Y Jesús volvió a la vida y, desde entonces, y hasta el día de hoy, Jesús vive en el corazón de todos nosotros sus seguidores, haciéndonos vivir con sentido, con esperanza, con ilusión.




  Nosotros, los cristianos de 2016, tenemos que dar testimonio, principalmente con nuestra vida y también con nuestra palabra, ante las personas con las que nos encontremos, de que Jesús ha resucitado y que sigue llamando a la puerta de cada hombre para ofrecerle su amistad, su cuerpo, su sangre, su amor, su resurrección a una vida de plena felicidad.




Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Yo mismo he establecido a mi rey en Sión, mi monte santo.»
Voy a proclamar el decreto del Señor; él me ha dicho:
«Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.» .

«Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza.»

Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando. 
 
 

jueves, 21 de abril de 2016

Juan 13,16-20:






Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; y el que a mí me recibe recibe al que me ha enviado.» 







  • El que a mí me recibe, recibe al que me ha enviado

Llevamos 25 días inmersos en este tiempo gozoso de la Pascua del Señor y la Liturgia nos invita a meditar, con este Evangelio, el misterio de la libertad humana, el misterio de nuestra respuesta personal a la Misericordia de Dios, a su Amor por cada persona concreta.
Jesús conocía a Judas, sabía que iba a traicionarle, a venderle, a cambiarlo por treinta monedas. El por qué de esta traición, siempre será un misterio para nosotros. Sabemos que fue responsabilidad personal de Judas, que cedió miserablemente a una tentación a pesar de que Jesús lo trató siempre como a un amigo, invitándole a vivir según el espíritu de las bienaventuranzas. Queda claro que Dios siempre respeta la libertad humana.









Las posibilidades de perversión del corazón humano son realmente muchas. El único modo de prevenirlas consiste en no cultivar una visión de las cosas meramente individualista, autónoma, sino, por el contrario, en ponerse siempre del lado de Jesús, asumiendo su punto de vista, día tras día debemos esforzarnos por estar en plena comunión con él.
Jesús al lavar los pies proclamó de manera concreta el primado del amor, un amor que se hace servicio hasta la entrega de Si mismo, anticipando, de este modo, el sacrificio supremo de Su vida, que consumará en el Calvario.
«El que recibe a mi enviado me recibe a mi»: Jesús nos invita a entrar en la dinámica del servicio, ya que nuestros hermanos nunca deben ser “un instrumento” para nosotros.
Jesús nos invita a vivir una espiritualidad de comunión, donde “nuestro prójimo” es un “don”, para quien guardamos, en el corazón, un gran espacio. Es una bienaventuranza a la que Jesús nos invita a vivir: «Dichosos seréis si lo cumplís»
Que Santa María, nos ayude a cultivar en nosotros, y en nuestro entorno, este clima de amor, hecho patente en el servicio a nuestros hermanos, y, en la alegría pascual, para que todos los hombres seamos testigos del Amor de Dios en todas las situaciones de nuestra vida.




Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.»

Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso.

Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.» 
 
 

miércoles, 20 de abril de 2016

Hechos de los apóstoles 12, 24-13, 5






En aquellos días, la palabra de Dios cundía y se propagaba. Cuando cumplieron su misión, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a Juan Marcos. En la Iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno, Lucio el Círeneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo. Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo: - «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado.» Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre. Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, llevando como asistente a Juan. 







  • Jesús y el Padre

Jesús aparece siempre en el Evangelio como Hijo, como el Hijo; y, en cuanto tal, enviado por su Padre al mundo, para salvarlo. Esta misión, de tal forma es asumida por Jesús, que se convierte en su misión, porque el Padre y él son una misma realidad.
Jesús aparece también glorificando al Padre. Bien entendido que glorificar al Padre no significa entregarle algo que le falte o que le enriquezca. Dios, el Padre, ya tiene toda la gloria. Lo que hace Jesús es manifestarla, y, así, nos da a conocer no sólo el rostro del Padre, sino su forma de ser y de actuar, sus actitudes hacia nosotros, sus relaciones con el mundo y con nosotros, sus criaturas predilectas.






 Jesús, en su vida y actuación, siempre remite al Padre, a la voluntad del Padre. No quiere protagonismo alguno, todo lo que hace es por mandato y voluntad del Padre que lo envió. Y lo hace contento, feliz y agradecido: “Te doy gracias, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los sencillos…” (Mt 11,25






Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. .

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga;
que le teman hasta los confines del orbe. 
 
 
 
 

martes, 19 de abril de 2016

Juan 10, 22-30






Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: - «¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente.» Jesús les respondió: - «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mi. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.» 



  • Y la inmensa alegría de ser Suyos

El evangelio de hoy nos invita a profundizar el texto de domingo pasado, el buen pastor. Quisiera destacar algo que me llama la atención y es el uso de los posesivos: “mis ovejas,…mi Padre”. Cuando mi abuela, asturiana, se refería a mi padre siempre decía: “El mío Pedro”. Y aquí en Granada dicen: “Mi Pepe, mi Mari, mi Paco, mi Rocío…” Como cuando éramos niños y nos preguntaban: “¿Y tú de quién eres?” Siempre somos de alguien ¡y qué duro el desarraigo de quien no puede responder a esa pregunta! La fe también es un asunto de ser de Alguien, de Dios.







Podemos decir que creemos en Dios. Pero hemos de ir más allá y decir: soy suyo, soy suya.
No es casualidad que se describa con tanta precisión el momento en que sucede, la Fiesta de la Dedicación, y Jesús paseando por el pórtico de Salomón. En ese juego de escenarios, cobra relevancia una figura, la de Jesús. Y hay un encuentro frontal con aquellos que se sienten amenazados por lo que representa Jesús. Le confrontan constantemente. Y él responde con firmeza: “Vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas”. Y sigue la inmensa ternura con que se refiere a sus ovejas y su relación con ellas. Culminando con una frase preciosa y honda como pocas: “El Padre y yo somos uno”.
Escuchar a Jesús, sabernos conocidos por Él, seguirle y disfrutar esa vida siempre nueva que nos regala ¡no deja de ser un buen plan de vida! Somos de Dios y eso cobra sentido cuando podemos decir sinceramente cada noche (real y figurada): Dios sabe cuidar de los suyos, y sentirnos afortunados de ser de esos Suyos.







Alabad al Señor, todas las naciones.

Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.»
Se dirá de Sión: «Uno por uno todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.» 







domingo, 17 de abril de 2016

Hechos de los apóstoles 11,1-18





En aquellos días, los apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. Cuando Pedro subió a Jerusalén, los partidarios de la circuncisión le reprocharon: «Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos.»
Pedro entonces se puso a exponerles los hechos por su orden: «Estaba yo orando en la ciudad de Jafa, cuando tuve en éxtasis una visión: Algo que bajaba, una especie de toldo grande, cogido de los cuatro picos, que se descolgaba del cielo hasta donde yo estaba. Miré dentro y vi cuadrúpedos, fieras, reptiles y pájaros. Luego oí una voz que me decía: "Anda, Pedro, mata y come." Yo respondí: "Ni pensarlo, Señor; jamás ha entrado en mi boca nada profano o impuro." La voz del cielo habló de nuevo: "Lo que Dios ha declarado puro, no lo llames tú profano." Esto se repitió tres veces, y de un tirón lo subieron todo al cielo. En aquel preciso momento se presentaron, en la casa donde estábamos, tres hombres que venían de Cesarea con un recado para mí. El Espíritu me dijo que me fuera con ellos sin más. Me acompañaron estos seis hermanos, y entramos en casa de aquel hombre. Él nos contó que había visto en su casa al ángel que, en pie, le decía: "Manda recado a Jafa e invita a Simón Pedro a que venga; lo que te diga te traerá la salvación a ti y a tu familia." En cuanto empecé a hablar, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, igual que había bajado sobre nosotros al principio; me acordé de lo que había dicho el Señor: "Juan bautizó con agua, Pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo." Pues, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme a Dios?»
Con esto se calmaron y alabaron a Dios diciendo: «También a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la vida.» 








  • «Lo que Dios ha declarado puro, no lo llames tú profano»

En este fragmento del relato de los Hechos de los Apóstoles se nos cuenta cómo, al principio, no todos los primeros seguidores de Jesús, una vez muerto, estaban dispuestos a compartir el anuncio de la palabra con los gentiles, sobre todo, aquellos que eran partidarios de que todo creyente debía ser circuncidado.
Pedro les cuenta el porqué se decidió ir a Cesarea a predicar, pues había tenido una visión en la que el Espíritu le indicaba que acompañara a los tres hombres que habían venido desde allí, para que acudiera con ellos a hablarles de Jesús.
Previamente, Pedro, encontrándose en Jafa orando, tuvo una revelación en la que vio que bajaba del cielo un lienzo, que cuando miró en su interior, había cuadrúpedos, reptiles, fieras y pájaros y una voz le decía: «Pedro, levántate, mata y come»; él, escandalizado, decía: «jamás ha entrado en mi boca algo profano o impuro, (pues los judíos consideraban impuros a estos animales y no los podían comer).» Entonces la misma voz dijo: «lo que Dios ha declarado puro, no lo llames tú profano».



Pedro llegó a Cesarea, a casa de quienes lo habían llamado, y, en el momento en que comenzó a hablar, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, igual que había bajado sobre los apóstoles. Pedro recordó entonces que el Señor les había dicho: «Juan bautizó con agua, pero nosotros somos bautizados con Espíritu Santo».
Entonces, si Dios les da a ellos el mismo don que a los apóstoles, ¿quién era él para oponerse a los designios de Dios?
Los judíos comprendieron que también a los gentiles, se les otorgaba, por parte de Dios, el don de la conversión.
Llevado esto a nuestra vida, ¿cuántas veces nos consideramos en posesión de la verdad absoluta? Pensamos que aquellos que no son de nuestra «cuerda», no tienen derecho a la salvación; porque nos consideramos los elegidos y pensamos, que fuera de los nuestro, está la condenación.
¿Quiénes somos nosotros para juzgar los designios de Dios?
Digamos, pues, con el salmista: «Envía tu luz y tu verdad, que ellos sean quien me guíen hasta tu monte santo, hasta tu morada».


Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo

Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.

Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.