Vamos alegres a la casa del Señor
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestro pies
tus umbrales, Jerusalén.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestro pies
tus umbrales, Jerusalén.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
Señor Jesús, que el vino nuevo de tu gracia rebose en nosotros, para que nos haga grandes y fuertes en amabilidad y amor.
Injertados por el bautismo en Cristo, que es la vid verdadera, y por lo
tanto, llamados a ser uno en él, por vocación y por nuestro mismo ser
cristiano,
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