Que el Espíritu del Señor nos disponga a ver lo bueno que hay en los otros, incluso en los que difieren mucho de nosotros
¡Qué magnífico y bello sería un mundo -incluso una Iglesia- sin
prejuicios ni discriminación, donde las personas sinceramente se
aceptaran, se apreciaran y se amaran unas a otras! Que nosotros al
menos nos contemos entre los que se esfuerzan denodadamente por
lograrlo.
Permanecemos en tu amor si guardamos tus mandamientos. Danos la fuerza necesaria
para cumplir tu mandato de amorsin discriminación alguna.
para cumplir tu mandato de amorsin discriminación alguna.





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