Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
La diestra del señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigo, me castigo el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
La piedra que desecharon los arquitectos,
es ahora la piedra angular.
Es el señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Este es el día que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo
El Salmo 117 era un himno que los judíos contemporáneos de Jesús utilizaban en la fiesta de las tiendas o tabernáculos, una de las más importantes del calendario litúrgico hebreo. Y se cantaba en la procesión de entrada al Templo en dicha fiesta. Según algunos tratadistas fueron los éxitos militares de Judas Macabeo contra los sirios los que, originariamente, debieron inspirar el Salmo. Para nosotros, hoy, representa un canto de alegría pascual: la victoria de Cristo sobre la muerte.
DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA
Seguimos celebrando la Resurrección del Señor. Nuestra alegría es enorme, porque sabemos que Él –junto a nosotros—ya vive para siempre.
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