En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: "¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: 'Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano".
Jesús continúa su enseñanza necesaria para el discipulado. La enseñanza es acerca de la vida moral y espiritual, el discernimiento, la oración y la confianza en Dios que a cada uno conforme a su vida.
El pasaje de hoy en el juicio dirige a la facilidad con que las relaciones son dañados por ser crítico, sin caridad, y sin misericordia a los demás. Este tipo de juicio daña a la persona a sí mismo / a sí misma, así como la comunidad cristiana que se va a dar testimonio de la unidad que se establece en Cristo.
Como en la oración que Jesús enseñó a sus discípulos (el Padre Nuestro), es un intercambio. ¿Cómo nosotros perdonamos en otra es la forma en que el Padre Celestial nos perdonará. ¿Cómo juzgamos el uno al otro es como el Padre Celestial nos juzgará. En este intercambio, la necesidad de un proceso continuo de conversión es evidente
Jesús nos enseña que la medida con la que medimos se medirá a nosotros. Esta norma debe asustar a muchos de nosotros o, al menos, nos recuerdan las consecuencias de juzgar a los demás. ¿Con qué frecuencia hacemos juicios rápidos sobre los demás y sus intenciones (su corazón)? ¿Cuántas veces nos basamos en el chisme como la base de la información de nuestros juicios?
La enseñanza de que la medida con la que medimos se medirá a nosotros es fundamentalmente una invitación a ser misericordiosos como Dios es misericordioso. Dios juzga saben toda la persona que deja abierta la posibilidad de que una persona puede cambiar. Tal vez, esto ha desaparecido la mayor parte de nuestros juicios. Una vez juzgamos a alguien, no hay ninguna posibilidad en nuestros ojos para que esa persona cambie. Alguien quiere estar delante de Dios de esta manera?
La parábola habla de la eliminación de la viga de tu propio ojo antes de sacar la astilla del ojo de tu hermano o hermana es una parábola de conversión. Al ver nuestras propias debilidades y cómo nuestras acciones siguen nuestras propias historias, llegamos a una mejor comprensión de nosotros mismos tal como somos. Tenemos entonces, dependemos de la gracia y la misericordia de Dios para nuestra sanidad y la predicación de Jesús con el testimonio de nuestras vidas. Con suerte, como resultado de este proceso, vamos a ver a nuestros hermanos y hermanas en una nueva luz, que es, como ellos y que están uno frente al otro y Dios
Señor Jesús, danos la gracia de vivir por su enseñanza. Con la ayuda de
su gracia, que podamos abstenerse de juzgar a nuestros hermanos y
hermanas y se centran en nuestro proceso de conversión para que nuestros
corazones se llenen de tu misericordia. Vives y reinas con el Padre en
la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
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