En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor. " Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»
Contestaron: «El primero.»
Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»
Estamos ante una parábola que comenta la postura y la actitud del pueblo judío, especialmente de los dirigentes, ante Jesús. Considerada en sí misma es muy sencilla. Se trata de un ejemplo antagónico que desemboca en la pregunta: ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre? Lo que vale delante de Dios no son las apariencias, ni las buenas intenciones, sino la práctica de la justicia que Dios quiere.
Los sumos sacerdotes y los ancianos, son los hombres del sí, dicen pero no hacen la voluntad de Dios. Ellos rechazaron a Juan y su mensaje de conversión. Por el contrario, los publicanos y las prostitutas, que viven a espaldas de los mandamientos de Dios, las personas del no, acogieron el mensaje de Juan y creyeron.
La parábola se utiliza para indicar la actitud que provoca el cambio del “decir” al “hacer”. En este sentido cumplir la voluntad del Padre está ligada al “hacer”; y el hacer al creer, que es lo que trae consigo el arrepentimiento.
Nos encontramos aquí al pueblo “humilde y pobre” al que hace referencia Sofonías. Gente que en apariencia no cuenta y sin embargo están dispuestos a responder ante la propuesta del Reino que trae Jesús. ¿Somos capaces de reconocer que nuestras palabras, lo que decimos y pensamos no siempre se corresponde con lo que hacemos?¿El “hacer” como proyecto de Dios en mi vida me ayuda en mi camino de fe?
"No peleen entre sí y con los demás, sino traten de responder humildemente diciendo, “Soy un siervo inútil." ( San Francisco de Asis)
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias.
Pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias.
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él.
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias.
Pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias.
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él.





No hay comentarios:
Publicar un comentario