“Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo.”
¿Sabías que Dios te hizo para llevar un mensaje específico en la vida que quiere que lo compartas con el mundo? Esto es algo que tenemos que enseñarlo a nuestros hijos, para que sepan que Dios les ha dado dos mensajes, uno común y otro que es único para ellos. El mensaje que tenemos en común con todos los demás es compartirles a las personas acerca de Jesús. La parte única se basa en la forma particular de cada persona – sus antecedentes y experiencias, tanto buenas como malas. Dios tiene un propósito con las heridas que has sufrido. Él quiere que las utilices para ayudar a otros– ¿Quién mejor para ayudar a alguien que está luchando con el alcoholismo que alguien que ha peleado esa batalla? ¿Quién mejor para ayudar a alguien con un niño con necesidades especiales que un padre con un niño con necesidades especiales?
¿Quién mejor para apoyar a alguien con problemas en su matrimonio, que alguien que ha experimentado el dolor de los problemas de su matrimonio? ¿Quién mejor para ofrecer esperanza a un niño que se siente indigno en la escuela, que alguien que creció sintiéndose indigno en la escuela? Dios quiere usar las mismas cosas que más te avergüenzan, para alentar a otras personas. A veces pensamos que podemos animar a otras personas con nuestras fortalezas, pero a menudo son aquellas cosas que deseamos mantener ocultas lo que les habla a ellos. Pueden relacionarse y encontrar esperanza al ver como Dios te ha traído a través de esos momentos de prueba y te ha usado a pesar de tus debilidades. ¿Cuál será tu misión en la vida? Tu misión en la vida es compartir con otros, como Jesús te ayudó a superar los retos de tu vida. La buenanoticia del Evangelio es tan simple como dejarle saber a las personas que la salvación es un don gratuito y que no tienen que ganar su entrada al cielo. Es decirle a la gente como Dios quiere que vivan para siempre con Él y todo lo que hayan hecho mal puede ser borrado por la gracia de Dios. “Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a sí mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él.” (2 Corintios 5:18) Nadie más puede compartir tu mensaje único, y si no lo compartes, nunca será escuchado.
"A veces pensamos que
podemos animar a otras
personas con nuestras
fortalezas, pero a menudo son
aquellas cosas que deseamos
mantener ocultas lo que les
habla a ellos."
Una Misión que necesitas Aceptar
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