“Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo,
¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las
dificultades! Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra
vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán
ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.”
Será una sorpresa para nuestros calendarios, teléfonos inteligentes y los
relojes con alarma, pero Dios controla el tiempo. Lo mejor que pueden
hacer nuestras herramientas es medir el paso del tiempo.
Dios creó el tiempo y Él lo utiliza para dirigirnos y guiarnos en establecer
prioridades. Cuando se tiende a pensar en términos de hoy o de la
próxima semana, Dios quiere que tengamos los ojos en la eternidad.
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre (Hebreos 13:8). El tiempo no puede disminuir el
amo deCristo por ti o Su poder para trabajar en tu vida. Él está en el pasado, Él está aquí ahora, y Él estará en tu futuro. Trabajando con Jesús, nunca es demasiado tarde para comenzar de nuevo.
Mil años son como un abrir y cerrar de ojos para Dios (Salmos 90:4). Dios está trabajando para traerte a la eternidad, no solamente para llegar hasta el fin de la próxima semana. Alaba a Dios por Su gracia y Su amor tan fuerte que quiere que pases la eternidad con Él.
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