viernes, 30 de mayo de 2014

Juan 14:5






“Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?” 





¿Te das cuenta que cuándo no estás siendo obediente a Jesús, estás luchando contra lo qué es mejor para ti? Estás luchando contra el propósito de Dios para tu vida. Parte de la fuerza que Dios te da para “hacer todas las cosas en Cristo” es la capacidad de decidir hacer Su voluntad, incluso antes de saber las consecuencias de lo que eso significa. Él comenzará a cambiar tu deseo, desarrollando dentro de ti cada vez más y más un "querer" para hacer Su voluntad. ¿Estoy dispuesto a decidir, de antemano, hacer lo que Dios me pide que haga, sin importar lo que sea? ¿Estoy 
entregado a Él y a Su voluntad, creyendo que Él me va a fortalecer en todas las cosas que 
me pida hacer? ¿O me comporto como si yo fuera el juez de lo que es mejor para mi vida: 
"Dios, muéstrame todo el plan, espera que lo entienda, y luego voy a decidir si debo hacer o 
no debo hacer lo que me pides?” Las buenas noticias es que, incluso si tú no estás listo para la obediencia inmediata, Dios te dará fuerza para ser honesto con Él. Él ya sabe acerca de tus dudas, así que no lo sorprenderás con las confesiones en tus oraciones, tales como: "Padre, yo no estoy seguro de que estoy listo para hacer Tu voluntad. No sé si quiero hacerlo o no." Sin embargo, Dios es misericordioso y paciente. Dile a Él, "No sé si estoy dispuesto a dar un paso en fe sin antes saber todo lo que va a pasar, pero estoy dispuesto a que me hagas estar dispuesto.” 





"¿Estoy dispuesto a decidir, 
de antemano, hacer lo que 
Dios me pide que haga, no 
importa lo que sea? ¿O le 
digo: ‘Dios, muéstrame todo 
el plan, espera que lo 
entienda, y luego voy a 
decidir si debo hacer o no 
debo hacer lo que me 
pides?’" 



Desarrollando el Deseo de hacer la Voluntad de Dios 






jueves, 29 de mayo de 2014

Oseas 2:6-7






“Por esta razón la cercaré con espinos. Cerraré su paso con un muro para que 
pierda su rumbo. Cuando corra tras sus amantes, no podrá alcanzarlos. Los buscará 
pero no los encontrará. Entonces pensará: ‘Mejor me sería volver a mi 
esposo porque con él estaba mejor que ahora.’”






Cuando Gómer, la esposa del profeta Oseas en el Antiguo Testamento, continuó persiguiendo otros amantes, Dios puso un cerco de espinas a su alrededor, deteniéndola en su búsqueda de relaciones adúlteras y, finalmente, conducirla de vuelta a su marido. Job, por el contrario, tuvo un cerco de protección levantado en su vida después Satanás pidió que lo zarandearan: “Siempre has puesto un muro de protección alrededor de él, de su casa y de sus propiedades. Has hecho prosperar todo lo que hace. ¡Mira lo rico que es! Así que extiende tu mano y quítale todo lo que tiene, ¡ten por seguro que te maldecirá en tu propia cara!” (Job 1:10-11 ) Un zarandeo similar, mediante la eliminación de la cobertura de protección, sucede en la vida de Pedro: “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo.” (Lucas 22:31 ) Podemos orar esta cobertura para nuestros hijos y otros seres queridos. Podemos pedir a Dios cercarlos con una cobertura entonces ellos encontrarán la clase correcta de amigos, y estarán protegidos de la clase incorrecta de influencias. En el caso de los hijos que son pródigos, podemos orar por una cobertura de espinas alrededor de ellos para protegerlos de los amigos que influyen sobre ellos en el camino equivocado. La Biblia dice: “La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.” (Santiago 5:16b )




"Podemos pedir a Dios cercar 
con una cobertura a nuestros 
hijos entonces ellos 
encontrarán la clase correcta 
de amigos, también serán 
protegidos de la clase 
incorrecta de influencias." 




Oración: La Cobertura de Protección 



miércoles, 28 de mayo de 2014

Juan 17:18





“Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo.” 




¿Sabías que Dios te hizo para llevar un mensaje específico en la vida que quiere que lo compartas con el mundo? Esto es algo que tenemos que enseñarlo a nuestros hijos, para que sepan que Dios les ha dado dos mensajes, uno común y otro que es único para ellos. El mensaje que tenemos en común con todos los demás es compartirles a las personas acerca de Jesús. La parte única se basa en la forma particular de cada persona – sus antecedentes y experiencias, tanto buenas como malas. Dios tiene un propósito con las heridas que has sufrido. Él quiere que las utilices para ayudar a otros– ¿Quién mejor para ayudar a alguien que está luchando con el alcoholismo que alguien que ha peleado esa batalla? ¿Quién mejor para ayudar a alguien con un niño con necesidades especiales que un padre con un niño con necesidades especiales? 
¿Quién mejor para apoyar a alguien con problemas en su matrimonio, que alguien que ha experimentado el dolor de los problemas de su matrimonio? ¿Quién mejor para ofrecer esperanza a un niño que se siente indigno en la escuela, que alguien que creció sintiéndose indigno en la escuela? Dios quiere usar las mismas cosas que más te avergüenzan, para alentar a otras personas. A veces pensamos que podemos animar a otras personas con nuestras fortalezas, pero a menudo son aquellas cosas que deseamos mantener ocultas lo que les habla a ellos. Pueden relacionarse y encontrar esperanza al ver como Dios te ha traído a través de esos momentos de prueba y te ha usado a pesar de tus debilidades. ¿Cuál será tu misión en la vida? Tu misión en la vida es compartir con otros, como Jesús te ayudó a superar los retos de tu vida. La buenanoticia del Evangelio es tan simple como dejarle saber a las personas que la salvación es un don gratuito y que no tienen que ganar su entrada al cielo. Es decirle a la gente como Dios quiere que vivan para siempre con Él y todo lo que hayan hecho mal puede ser borrado por la gracia de Dios. “Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a sí mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él.” (2 Corintios 5:18) Nadie más puede compartir tu mensaje único, y si no lo compartes, nunca será escuchado. 





"A veces pensamos que 
podemos animar a otras 
personas con nuestras 
fortalezas, pero a menudo son 
aquellas cosas que deseamos 
mantener ocultas lo que les 
habla a ellos." 





Una Misión que necesitas Aceptar 






martes, 27 de mayo de 2014

Efesios 2:10




“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las 
cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica."





 No importa si tus hijos tienen 5 o 50 años, necesitan saber que fueron formados para servir a Dios. La Biblia   dice: “Nosotros somos creación de Dios. Por nuestra unión con Jesucristo, nos creó para que vivamos haciendo el bien, lo cual Dios ya había planeado desde antes.” (Efesios 2:10 )
 Una de las cosas que vamos a hacer cuando lleguemos al cielo es servir a Dios. Así que adivina, ¿Qué quiere Dios que hagamos mientras estamos aquí en la tierra? Él quiere que practiquemos servir. Así que tenemos que animar a nuestros hijos para que empiecen a servir en el nombre de Dios. Si no sabemos cómo servirle a Dios aquí en la tierra, ¿Cómo vamos a saber cómo servirle en el cielo? Necesitamos enseñarle a nuestros hijos que Dios los puso aquí en la tierra para hacer una contribución, no sólo para ocupar un espacio, ver televisión o jugar juegos de video. Es únicamente al dar nuestras vidas que nos damos cuenta de lo que la vida se trata. 

¿Cuál será tu contribución? ¿Cuál será la contribución de tus hijos? Necesitas ayudarles a responder a estas preguntas. ¿Cómo van a pagar? ¿Cómo van a usar los talentos dados por Dios? ¿Los van a utilizar para su propio beneficio o los van a utilizar para el beneficio de otros? 
Todo en nuestra sociedad nos enseña a usar nuestros talentos para nuestro propio beneficio – hacer 
mucho dinero, retirarse, vivir cómodamente y morir. Ese es el sueño. Pero en el fondo sabemos que 
fuimos creados para algo más que eso. Sabemos instintivamente que hay un propósito más grande en la vida. Es ese deseo profundo dentro de nosotros. Es posible que lo cubramos con nuestros miedos y 
fracasos, sin embargo el deseo de hacer la diferencia sigue allí. ¿Cuál será la contribución de tu vida? La Biblia dice, “Dios, de su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros.” (1 Pedro 4:10 ) Ayuda a tus hijos a descubrir sus dones espirituales, sus pasiones, habilidades, personalidad, y 
experiencias, para averiguar en lo que serían buenos. Esa es una de los mejores cosas que un padre de familia puede hacer para ayudar a sus hijos a encontrar donde pueden hacer la mayor contribución. Ayuda a tus hijos a que se identifiquen diciendo: “¿Voy a ser más un dador o un recibidor en la vida?” 



"Necesitamos enseñarle a 
nuestros hijos que Dios los puso 
aquí en la tierra para hacer una contribución,. Es 
únicamente al dar nuestras vidas 
que nos damos cuenta de lo que 
la vida se trata." 





La Razón de porqué Servimos 



lunes, 26 de mayo de 2014

Efesios 1:11



“Por medio de Cristo, Dios nos había elegido desde un principio para que 
fuéramos suyos y recibiéramos todo lo que él había prometido. Así lo había 
decidido Dios, quien siempre lleva a cabo sus planes." 




Una de las mayores responsabilidades de un padre, es ayudar a formar el carácter de sus hijos. Lo que decimos y hacemos, cómo vivimos nuestras vidas, ser personas modelo para nuestros hijos. Pero sentarnos con nuestros hijos y tener conversaciones con ellos acerca de su carácter es aún más importante. Nuestros niños necesitan saber que una persona es más importante por lo que es, que por lo que hace. Pasamos muchos años preparando a nuestros niños para sus futuras carreras, cuando deberíamos estar preparando su carácter. ¿Por qué? Debido a que no tendrán su carrera en los cielos, sino que tendrán su carácter. 
El libro de Filipenses nos dice: “Haya, pues, en ustedes esta actitud (esta manera de pensar) que hubo 
también en Cristo Jesús” (Filipenses 2:5 ). Cuando hacemos esto estamos preparando nuestro 
carácter para la eternidad en el cielo. Así que tenemos que enseñar a nuestros hijos que esta vida es preparación para la próxima. Es la "fase de preparación". Nuestro tiempo aquí en la tierra con sus momentos buenos y momentos difíciles es donde nos enteramos de todas las lecciones que nos hacen crecer en carácter para ser más como Cristo. Es el tiempo que nos madura espiritualmente, así que cuando lleguemos al cielo, no seremos niños espirituales. Tenemos que hablar con nuestros hijos y hacerles saber que la vida no siempre es fácil, que deben esperar para ser probados. Que se pondrán a prueba todos los años de la escuela. Que se pondrán a prueba cuando salen de la escuela. Se pondrán a prueba en su carrera, su matrimonio, y en la crianza de sus propios hijos. Cada situación que encontramos en la vida, buena o mala, será una oportunidad de formación del carácter. "a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos. Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo." (1 Pedro 1:5-6 ). 





"Nuestros niños necesitan 
saber que una persona es 
más importante por lo que 
es, que por lo que hace. ¿Por 
qué? Debido a que no tendrá 
su carrera en el cielo, sino 
que tendrá su carácter." 



Carácter: Es quien eres, no lo que haces 



viernes, 23 de mayo de 2014

Apocalipsis 4:11





“Porque Tú (Dios) creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y 
fueron creadas" 


Todos los padres necesitan tener conversaciones con sus hijos, y una de las primeras y más importantes es decirles a los niños que Dios los creó y los ama. Hasta que nuestros niños puedan entender que fueron hechos por Dios y para su placer, la vida no tendrá sentido. Isaías 44 nos dice: "Yo (Dios) soy tu creador. Tú estabas en mi cuidado, incluso antes de nacer "(Isaías 44:2 ). Los niños necesitan saber que Dios los pensó. No fueron un accidente. Puede ser que no hayan sido planeados por sus padres, pero no fueron un accidente, porque Dios los conoció y amó desde la concepción. Ahora, ningún padre es perfecto. Ellos pueden tener sus días buenos y sus días malos. Pero Dios no lo hace. Su amor no se basa en su estado de ánimo. Él no nos ama un día y no le gustamos el que viene porque su amor es inmutable - ese es su carácter. No tiene nada que ver con lo que somos o lo que hacemos. No podemos hacer que Dios deje de amarnos. Él nos creó y nos hizo a nosotros por amor. Nuestros niños necesitan entender esto. Y entonces tenemos que hablar con ellos acerca de cómo respondemos a ese amor, porque Dios también nos dio la capacidad de amarlo de nuevo y se llama culto. Así que tenemos que hablar con nuestros hijos sobre este tema clave - lo que será el centro de sus vidas. Lo que está en el centro de tu vida es lo que tú adoras. Cuando los niños crecen, puede que el centro de sus vidas es lo que piensen los demás (presión de los compañeros), deportes, escuela, familia, carrera, las cosas que les divierten, el dinero, o coleccionar cosas. Y no hay nada malo en ninguna de esas cosas. Dios creó todo esto para que las disfrutemos. Pero estas simplemente no tienen cabida en el centro de tu vida porque no duran. Si el centro de tu vida es tu carrera, esta puede desaparecer. Si el centro de tu vida es el dinero, lo 
puedes perder. Si el centro de tu vida es tu aspecto o la salud, estos dos pueden fallar. Todas estas 
cosas pueden desaparecer y te dejan crecer en la inseguridad. Pero una vida centrada en Dios es sólida, porque Dios no puede ser quitado de nosotros. Así que la responsabilidad primaria de los padres es enseñar a sus hijos a amar a Dios. Es la primera opción fundamental que un niño tiene que aprender porque es una elección con la que se enfrentará una y otra vez en cada etapa de su vida. ¿Van a elegir vivir una vida centrada en sí mismos o una vida centrada en Dios? Cuando nuestros niños entienden que fueron creados por Dios para ser amados por Él, y deciden poner a Dios en el centro de sus vidas, van a ser capaces de permanecer fuertes frente a cualquier reto que se les presente.



“Así que la responsabilidad primaria de los padres es 
enseñar a sus hijos a amar a Dios. Es la primera opción 
fundamental que un niño tiene que aprender porque es 
una elección con la que se enfrentará una y otra vez en 
cada etapa de su vida.” 




jueves, 22 de mayo de 2014

2 Corintios 13:14



“Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del 
Espíritu Santo sean con todos vosotros.”





Jesús, tú estás lleno de verdad y de gracia, y me llenas con tu verdad y tu gracia.

 (Juan 1:14) 
Tú estás trabajando dentro de mí creando un canal para que tu amor fluya a través de mí en 
la vida de cada persona que conozco. Cuando me resulte difícil amar a alguien, puedo estar 
seguro de que vas a amar a esa persona a través de mí.

 (Gálatas 2: 20-21) 

Puede ser que no esté donde me necesitas que esté todavía, pero "Estoy convencido de 
esto: Él que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús”. 

(Filipenses 1:6 ) 

Y sé que “Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, 
en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes”.
 (2 Corintios9:8) 

Gracias, Jesús - Tú me has llenado con tu gracia y tu verdad, me trajiste a una profundidad y 
permanencia en el amor de Dios, y me has dado la comunión con el Espíritu Santo. Yo estoy, 
en todo momento, lleno de gracia, misericordia y paz. 

(2 Corintios 13:14) 



Dios está trabajando, no importa cómo te sientas 



miércoles, 21 de mayo de 2014

Gálatas 4:7



“Ya no sois como los esclavos de cualquier familia, 
sino que sois hijos de Dios. Y como sois sus hijos, 
gracias a él tienen derecho a sus riquezas.” 



Dios nunca está muy ocupado – “El Señor está cerca de 
quienes lo invocan, de quienes lo invocan de verdad.” (Salmos 
145:18 ) Él nunca está muy ocupado para hablar contigo. Él 
siempre está cerca. Él nunca dice “en otra ocasión” 
Dios ama suplir tus necesidades – Él no se molesta con tu 
petición. “Si saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo 
dará cosas buenas a los que le pidan!” (Mateo 7:11 ) 
Dios se solidariza con tus heridas -- " El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el 
corazón; él rescata a los de espíritu destrozado. (Salmos 34:18 ) Cuando te duele, a Dios le 
duele. Cuando lloras, Dios llora contigo. Él está contigo y se preocupa. Esa es una buena 
noticia. 




“Dios siempre está cerca. 
Él nunca dice ‘en otra 
ocasión.’” 








martes, 20 de mayo de 2014

2 Corintios 4:17-18



“Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, 
¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las 
dificultades! Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra 
vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán 
ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.”


Será una sorpresa para nuestros calendarios, teléfonos inteligentes y los 
relojes con alarma, pero Dios controla el tiempo. Lo mejor que pueden 
hacer nuestras herramientas es medir el paso del tiempo. 
Dios creó el tiempo y Él lo utiliza para dirigirnos y guiarnos en establecer 
prioridades. Cuando se tiende a pensar en términos de hoy o de la 
próxima semana, Dios quiere que tengamos los ojos en la eternidad. 
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre (Hebreos 13:8). El tiempo no puede disminuir el
amo deCristo por ti o Su poder para trabajar en tu vida. Él está en el pasado, Él está aquí ahora, y Él estará en tu futuro. Trabajando con Jesús, nunca es demasiado tarde para comenzar de nuevo. 
Mil años son como un abrir y cerrar de ojos para Dios (Salmos 90:4). Dios está trabajando para traerte a la eternidad, no solamente para llegar hasta el fin de la próxima semana. Alaba a Dios por Su gracia y Su amor tan fuerte que quiere que pases la eternidad con Él. 




“Dios creó el tiempo y Él lo 
utiliza para dirigirnos y 
guiarnos en establecer 
prioridades.” 


lunes, 19 de mayo de 2014

Hebreos 12:1-2



“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan 
grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial 
del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que 
tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y 
perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó 
la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está 
sentado a la derecha del trono de Dios.” 


Correr con perseverancia la carrera significa que 
mantendremos la concentración en nuestras prioridades. No 
dejemos que otras cosas, nos impidan la prioridad de 
profundizar nuestra relación con Jesús. No dejemos que otras 
cosas nos enreden, amarrándonos de modo que ya no 
pongamos la prioridad en nuestras familias o nuestra salud. 
Considera esto - Un día los discípulos vieron a Jesús 
caminando sobre el agua y Pedro le gritó que quería caminar 
sobre el agua también (Mateo 14:22-31). Jesús le dijo que 
viniera y así Pedro, con toda su atención en Jesús, salió de la 
barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús. 
Pero entonces, la Biblia nos dice, Pedro se distrajo por las olas y el viento - al igual que tú y 
yo podemos distraernos por todas las cosas buenas y malas que nos encontramos todos los 
días. Y, una vez los ojos de Pedro ya no se fijaron en Jesús, "el autor y consumador de 
nuestra fe", comenzó a hundirse en el agua. 
No podemos caminar sobre el agua mientras tratemos de concentrarnos en lo que 
queremos - a veces a Jesús, a veces el viento y las olas, a veces las prioridades de Dios para 
nuestras vidas, a veces actividades triviales, a veces el propósito para el que Dios nos creó, a 
veces "el pecado que tan fácilmente nos enreda”. 
¿Qué necesitas hacer para mantener las prioridades de tu fe, tu vida, tu matrimonio, tu 
familia y tu salud a lo largo de esta década de destino? 




“Pero entonces, la Biblia 
nos dice, Pedro se distrajo 
por las olas y el viento - al 
igual que tú y yo podemos 
distraernos por todas las 
cosas buenas y malas que 
nos encontramos todos 

los días.” 



viernes, 16 de mayo de 2014

Mateo 6:11



“Danos hoy nuestro pan de cada día.” 





En la sociedad de hoy en día, nuestros hijos tienen mucho de qué 
preocuparse. Por lo que es nuestro deber enseñarles como Dios 
puede cambiar sus preocupaciones con Su provisión. 
Ahora nuestra reacción normal a la preocupación es encontrar la 
manera de controlar la situación. Esa es nuestra naturaleza. 
Pensamos que si somos capaces de controlarlo todo, entonces no 
tendremos de que preocuparnos. Pero cuando tratamos ese 
enfoque, sucede lo contrario. Nos enteramos que no podemos 
controlar todo, entonces terminamos preocupados. 
La verdadera forma de hacerle frente a la preocupación es la oración, “danos hoy nuestro pan 
cotidiano.” Orando por nuestro “pan de cada día” incluye todo lo que se nos presenta cada día – 
nuestra salud, nuestras finanzas, nuestro calendario, nuestro futuro, todas las cosas que tenemos 
que tratar. Dios dice: “Si quieres menos estrés en tu vida, entonces tienes que relajarte en mí y te voy 
a dar el pan de cada día.” 
Es importante que enseñemos a nuestros hijos que es pan de cada día, no semanal o mensual. 
Queremos que Dios nos de todo lo que necesitamos por los próximos cinco años, que lo ponga en 
una cuenta bancaria, ver todo ahí, y no preocuparnos. Pero Dios no lo hace de esa manera. Él nos da 
exactamente lo que necesitamos un día a la vez, porque Él quiere que vivamos una relación diaria de 
confianza en Él. 
Entonces, necesitamos enseñar a nuestros hijos tres verdades básicas sobre la provisión de Dios: 
Dios puede conocer cada necesidad que vas a tener porque Él es Dios. 
Dios quiere satisfacer nuestras necesidades, no nuestra codicia, porque Él es un padre amoroso. 
Dios conocerá nuestras necesidades como también nuestra confianza en Él momento a momento, día 
a día. 
Y recuerden padres, ¡Necesitan practicar lo que predican





“Orando por nuestro “pan de 
cada día” incluye todo lo que 
se nos presenta cada día – 
nuestra salud, nuestras 
finanzas, nuestro calendario, 
nuestro futuro, todas las 
cosas que tenemos que 
tratar.” 




jueves, 15 de mayo de 2014

MATEO 6 :12



“Perdona nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.” 



Como un padre amoroso, deseas proteger a tus hijos y hacer por ellos tanto como sea posible. Pero no importa lo que hagas, no puedes impedir que tus hijos sean heridos por los demás. Nuestros hijos se verán afectados por los demás porque el mundo está lleno se seres humanos imperfectos. Y así no nos guste mucho, no vamos a ser capaces de evitar que nuestros hijos hieran a otras 
personas porque también son seres humanos imperfectos. Jesús tiene la respuesta: “Perdona nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.” (Mateo 6:1). 
Observa que hay dos lados de esto. Primero, “perdona nuestras deudas.” Nadie es perfecto, todos 
pecamos, todos hemos tomado caminos equivocados, hecho malas decisiones, y en consecuencia, 
vivimos con la culpa. Nos hemos decepcionado y sabemos que hemos decepcionado a Dios. 
Entonces, ¿Cómo lidiar con la culpa? Tenemos que enseñar a nuestros hijos que la manera de lidiar con la culpa, es reconociendo el perdón que Dios nos da por medio de Jesucristo. Podemos confesar nuestros pecados y saber que Él es fiel para perdonarnos. 
Entonces tenemos que lidiar con el hecho que otras personas nos han hecho daño, que nos pueden dejar con un sentimiento de resentimiento. La respuesta de Dios a esto es sustituirlo por la paz – y que viene de perdonar a otros como Dios nos perdonó. Nunca queremos que nuestros hijos sean heridos, pero en esos momentos podemos enseñarles a perdonar a los demás. Podemos ayudarles a entender que si no dejan el resentimiento, este se va a comer sus vidas como un ácido. Así que les enseñamos a pedir la paz de Dios y a ofrecer perdón a la persona que les haya herido. “Nunca queremos que nuestros hijos sean heridos, pero en esos momentos podemos enseñarles a perdonar a los demás.” 




SEÑOR ENSÉÑANOS A PERDONAR