“Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?”
¿Te das cuenta que cuándo no estás siendo obediente a Jesús, estás luchando contra lo qué es mejor para ti? Estás luchando contra el propósito de Dios para tu vida. Parte de la fuerza que Dios te da para “hacer todas las cosas en Cristo” es la capacidad de decidir hacer Su voluntad, incluso antes de saber las consecuencias de lo que eso significa. Él comenzará a cambiar tu deseo, desarrollando dentro de ti cada vez más y más un "querer" para hacer Su voluntad. ¿Estoy dispuesto a decidir, de antemano, hacer lo que Dios me pide que haga, sin importar lo que sea? ¿Estoy
entregado a Él y a Su voluntad, creyendo que Él me va a fortalecer en todas las cosas que
me pida hacer? ¿O me comporto como si yo fuera el juez de lo que es mejor para mi vida:
"Dios, muéstrame todo el plan, espera que lo entienda, y luego voy a decidir si debo hacer o
no debo hacer lo que me pides?” Las buenas noticias es que, incluso si tú no estás listo para la obediencia inmediata, Dios te dará fuerza para ser honesto con Él. Él ya sabe acerca de tus dudas, así que no lo sorprenderás con las confesiones en tus oraciones, tales como: "Padre, yo no estoy seguro de que estoy listo para hacer Tu voluntad. No sé si quiero hacerlo o no." Sin embargo, Dios es misericordioso y paciente. Dile a Él, "No sé si estoy dispuesto a dar un paso en fe sin antes saber todo lo que va a pasar, pero estoy dispuesto a que me hagas estar dispuesto.”
"¿Estoy dispuesto a decidir,
de antemano, hacer lo que
Dios me pide que haga, no
importa lo que sea? ¿O le
digo: ‘Dios, muéstrame todo
el plan, espera que lo
entienda, y luego voy a
decidir si debo hacer o no
debo hacer lo que me
pides?’"