jueves, 26 de febrero de 2015

ROMANOS 8, 31b-34

 
. Dios permitirá la muerte de su Hijo para la salvación de todos.
 
 
 
 
 
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no nos dará todo con Él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica, ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?



 
"Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?"
 
 
 
 Es como un desafío, un reto audaz que San Pablo lanza a la cara de sus enemigos. Un grito de guerra, un grito de victoria. "¿Quién nos separará del amor de Cristo? -se pregunta-. ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada...?".
 
 
 
 
 
 


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