. Dios permitirá la muerte de su Hijo para la salvación de todos.
"Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?"
Es como un desafío, un reto audaz que San Pablo lanza a la cara de sus enemigos. Un grito de guerra, un grito de victoria. "¿Quién nos separará del amor de Cristo? -se pregunta-. ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada...?".
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