jueves, 2 de octubre de 2014

SALMO 79




LA VIÑA DEL SEÑOR ES LA CASA DE ISRAEL.





Sacaste, Señor, una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río

¿Por qué has derribado su cerca,
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas? 

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa

No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.



El salmo 79 es una súplica del salmista para que el Señor Dios restaure el Reino de Salomón, el momento más glorioso de Israel. La viña es la alegoría de la familia del Señor, citada muchas veces en el Antiguo Testamento. 




Dios, a pesar de nuestros desaciertos, confía en nosotros y no nos paga con nuestra misma moneda y, además, nos llama a distinguir entre el bien y el mal y, sobre todo, a que florezcan en nuestras palabras y obras, los frutos del evangelio. No podemos decir que “amamos a Dios” y a continuación vivir en contra de su voluntad. 




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