viernes, 3 de octubre de 2014

Efesios 3:17-19





“Y pido que, arraigados y cimentados en amor, podáis comprender, junto con 
todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, 
que conozcáis ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que seáis 
llenos de la plenitud de Dios.” 






Jesús no le importaba si alguien lo confundía con un sirviente, por eso se sentía cómodo tomando la toalla,en vez de ser el centro de atención.¿Puedes ver cuanta confianza tenía Jesús en el Padre, que Él iba a poner a un lado todos sus privilegios, con el fin de recoger la toalla y la vasija de un siervo?Lo que vemos en Jesús es lo que Dios quiere en nosotros: alguien que capta plenamente la magnitud del amor de Dios, lo que permite la longitud, anchura, profundidad y altura de su amor, filtrarse en nuestras partes más profundas. Su amor echa fuera nuestras inseguridades, nos da energía nueva y la gracia de servir a los demás, con la misma pasión que Jesús sirvió. (Efesios 3:18-19).Cuanto más te conviertes como Jesús, más servirás con pasión a los demás y eso significa que te pueden confundir con el "ayudante." No permitas que esto te moleste, porque si te pones de rodillas, por ejemplo, para limpiar algo que se ha derramado, encontrarás que Jesús 
ya está ahí con un guiño, una sonrisa y una toalla.Encontrarás a Jesús complacido, cuando eres tan apasionado por servir a otros como Él te sirve a ti, Dios encenderá el poder en ti para captar la anchura, longitud, altura y profundidad de su amor por ti y por aquellos a quienes sirves.Pídale a Dios que te muestre maneras específicas de servir a los demás, a partir de hoy.



El amorde Dios echa fuera nuestras inseguridades





Ser Confundido con un Siervo 




 Jon Walker

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