lunes, 12 de enero de 2015

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 24, 37-44

                                                      


                                                       El Evangelio de Mateo nos dice



 Jesús nos pide que estemos vigilantes ante su llegada. 
 
 
 
 
 
 
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.
 
 
 
 
 Como dice el evangelio, trayendo el ejemplo de Noé, la gente comía y bebía y se casaba. Nosotros comemos y bebemos y trabajamos y llevamos vida de familia y amistad y toda nuestra atención se reduce a ese campo estrecho, dejando en la penumbra un sin fin de realidades, tan reales como esa vida de cada día, como si esas cosas no tuvieran que ver conmigo  Pues esto es lo que la palabra de Dios viene a decirnos . “Ya es hora de espabilarse”. “Velad, es decir: tened los ojos abiertos y atentos”. “Daos cuenta del momento que vivís”






--Pasad del sueño a una conciencia lúcida y clara
--Caed en la cuenta de las cosas que viven en vuestra penumbra
--Sentid que va con vosotros
--Salid de la nube de contaminación en que vivimos.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario