lunes, 5 de enero de 2015

ECLESIÁSTICO 24, 1-4.12-16

 
 
El  Libro del Eclesiástico. Habla de la sabiduría que es la ciencia de Dios. Nos da palabras de eternidad. Y todo ello es un anuncio profético de que somos hijos de Dios y herederos de la gloria de Jesucristo.
 
 



 

La sabiduría hace su propio elogio, se gloría en medio de su pueblo. Abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus Potestades. En medio de su pueblo será ensalzada y admirada en la congregación plena de los santos; recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos. Entonces el Creador del Universo me ordenó, el Creador estableció mi morada: habita en Jacob, sea Israel tu heredad. Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y no cesaré jamás. En la santa morada, en su presencia ofrecí culto y en Sión me estableció; en la ciudad escogida me hizo descansar, en Jerusalén reside mi poder. Eché raíces en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad.
 
 
 
 
La sabiduría hace su propio elogio, se gloría en medio de su pueblo
 
 
 
 
 
 
 
 En medio de su pueblo será ensalzada y admirada en la congregación plena de los santos; recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos.
 
 


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