jueves, 15 de enero de 2015

PRIMERA CARTA A LOS TESALONICENSES 3, 12-4,2

 En el fragmento de la Carta a los Tesalonicenses –es la segunda lectura—Pablo nos sitúa en la espera de la Segunda Venida del Señor Jesús. Y para eso hemos de ser fortalecidos interiormente por Dios Padre para que nada, ni nadie, nos evite ese encuentro




Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente; para que, cuando Jesús nuestro Señor vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro padre. Para terminar, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros como proceder para agradas a Dios: pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos en nombre del Señor Jesús.
 
 


 Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos. Estas palabras que San Pablo dice a los primeros cristianos de Tesalónica siguen valiendo hoy, en su significado más pleno, para todos nosotros


“Saber que se puede, querer que se pueda, quitarse los miedos, sacarlos afuera. Pintarse la cara color esperanza, entrar al futuro con el corazón” (canción de Diego Torres)



miércoles, 14 de enero de 2015

SALMO 24

 
 
 
 
                                              A  TI SEÑOR, LEVANTO MI ALMA.



Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
 
El Señor es bueno y recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
 
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad,
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da conocer su alianza.
 
 
 
 
 
Seguir el camino que a puesto Dios en nuestra vida, ese mismo Dios que se hizo niño una vez y que se quedó para siempre entre nosotros, compartiendo nuestros sufrimientos y nuestras alegrías. Es el Dios-cercano, el Dios-con-nosotros, el Emmanuel. Nuestra gran Esperanza
 
 
 
                                  LA  FE NOS MUEVE A LA ESPERANZA Y A LA CARIDAD
 
 
 
 
 

martes, 13 de enero de 2015

LIBRO DE JEREMÍAS 33,14-16









Libro de Jeremías, nos muestra la profecía mesiánica que se cumplirá en Jesús de Nazaret. Él es el vástago legítimo que Dios suscitará en la descendencia de David.



Mirad que llegan días --oráculo del Señor-- en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: Señor --nuestra-- Justicia



 Hasta el profeta Jeremías, que no se caracteriza por ser muy halagüeño, nos invita a la esperanza. Y no son tiempos favorables. Por aquella época la ciudad de Jerusalén estaba amenazada por las tropas babilónicas. Ahora estamos asistiendo a nuevos conflictos en la tierra del Señor. Y en la nuestra seguimos con la crisis y sus consecuencias. Pero en medio de la dificultad, el profeta sabe ver un futuro esperanzador donde se cumplirán las promesas de Dios: “Mirad que llegan días… en que cumpliré la promesa”, dice el Señor, y “suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra”. Ese “vástago” es Jesús, el Mesías, que traerá la justicia y el derecho a la tierra, los dones mesiánicos. Dios ha cumplido su promesa. La fe nos ayuda a ver el futuro con esperanza.
 
 
 
 
 
 LA ESPERANZA TIENE UN NOMBRE: JESÚS
 
 
 
 







lunes, 12 de enero de 2015

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 24, 37-44

                                                      


                                                       El Evangelio de Mateo nos dice



 Jesús nos pide que estemos vigilantes ante su llegada. 
 
 
 
 
 
 
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.
 
 
 
 
 Como dice el evangelio, trayendo el ejemplo de Noé, la gente comía y bebía y se casaba. Nosotros comemos y bebemos y trabajamos y llevamos vida de familia y amistad y toda nuestra atención se reduce a ese campo estrecho, dejando en la penumbra un sin fin de realidades, tan reales como esa vida de cada día, como si esas cosas no tuvieran que ver conmigo  Pues esto es lo que la palabra de Dios viene a decirnos . “Ya es hora de espabilarse”. “Velad, es decir: tened los ojos abiertos y atentos”. “Daos cuenta del momento que vivís”






--Pasad del sueño a una conciencia lúcida y clara
--Caed en la cuenta de las cosas que viven en vuestra penumbra
--Sentid que va con vosotros
--Salid de la nube de contaminación en que vivimos.


 

jueves, 8 de enero de 2015

SALMO 121






QUÉ ALEGRIA CUANDO ME DIJERON: "VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR

 
 
 
 
 
 
Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor.
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
 
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor.
Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor.
En ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
 
Desead la paz a Jerusalén:
“Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios”.
 
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: "la paz contigo".
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

 
 
                                                
                                                       
 
Hay unas pocas verdades fundamentales de nuestra Fe que deberían mantenernos en ascuas y ser capaces de hacernos caer en la cuenta del momento en que vivimos.
--¿Caemos en la cuenta de que va conmigo que Dios está tan cercano a mí, que le tengo en todas partes, que le llevo conmigo y le paseo por calles y plazas y que en el trabajo y en casa y en la mesa del bar está conmigo?
--¿Caemos en la cuenta de que va conmigo que dios, el Señor Jesús, ha dado realmente su vida por mí?
--¿Caemos en la cuenta de que va conmigo que el Señor Jesús me espera siempre en los sagrarios de nuestras iglesias?
-- ¿Caemos en la cuenta de que va conmigo que todos nosotros somos de verdad hermanos, hijos todos queridos de un mismo Padre, y que lo que ese Padre quiere es que formemos de verdad una familia?
No dejemos pasar un momento más sin que haya saltado en nuestros corazones la chispa de Dios.
No sigamos siendo pasotas de Dios y de los hombres, que la palabra de dios se haga sonido inteligible en nuestros corazones y que entre hombre y hombre salte la chispa del mutuo reconocimiento, de la fraternidad.
¡Velad! Despertemos a las verdades de Dios, que ya creemos, pero que aún no han tocado nuestro corazón.
 
 
 
 Este salmo 121 era utilizado por los peregrinos cuando se acercaban al Templo de Jerusalén. Es un himno de alegría y de satisfacción por haber terminado el camino sin contratiempos.




    

miércoles, 7 de enero de 2015

LIBRO DE ISAÍAS 2, 1-5



 
 
 

El segundo del Libro del Profeta Isaías , marca el tiempo mesiánico. Ese día en que todos los pueblos caminarán hacía quien va a venir. Y el Señor –dice Isaías—reunirá a todos en la paz eterna del Reino de Dios.
 
 
 


 
 
 
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán:
-- Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor. Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.
 
 
 


 Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob
 
 
 
 
 
No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.
 
 

lunes, 5 de enero de 2015

ECLESIÁSTICO 24, 1-4.12-16

 
 
El  Libro del Eclesiástico. Habla de la sabiduría que es la ciencia de Dios. Nos da palabras de eternidad. Y todo ello es un anuncio profético de que somos hijos de Dios y herederos de la gloria de Jesucristo.
 
 



 

La sabiduría hace su propio elogio, se gloría en medio de su pueblo. Abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus Potestades. En medio de su pueblo será ensalzada y admirada en la congregación plena de los santos; recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos. Entonces el Creador del Universo me ordenó, el Creador estableció mi morada: habita en Jacob, sea Israel tu heredad. Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y no cesaré jamás. En la santa morada, en su presencia ofrecí culto y en Sión me estableció; en la ciudad escogida me hizo descansar, en Jerusalén reside mi poder. Eché raíces en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad.
 
 
 
 
La sabiduría hace su propio elogio, se gloría en medio de su pueblo
 
 
 
 
 
 
 
 En medio de su pueblo será ensalzada y admirada en la congregación plena de los santos; recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos.