lunes, 15 de septiembre de 2014

1 Juan 1:7-8




“Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con 
otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. 
Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros 
mismos y no vivimos en la verdad.”





En la comunión cristiana las personas deben experimentar la autenticidad.
La comunión auténtica no es superficial. Es genuina, de corazón a corazón.
Esto sucede cuando la gente es honesta acerca de lo que son y de lo que está sucediendo en sus 
vidas. Ellos comparten sus heridas, revelan sus sentimientos, confiesan sus fracasos, revelan sus 
dudas, admiten sus temores, reconocen sus debilidades, piden ayuda y oración.
Autenticidad es exactamente lo contrario de lo que se encuentra en muchas iglesias. En lugar de un 
ambiente de honestidad y humildad, hay apariencias, politiquería, cortesía superficial y conversaciones 
triviales.
La gente lleva máscaras, se mantienen en guardia y actúan como si todo fuera color de rosa en sus
vidas. Estas actitudes son la muerte de la verdadera amistad.
Es sólo a medida que abrimos nuestras vidas que experimentamos la comunión auténtica. La Biblia 
dice: “Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y 
la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único 
que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad.” (1 Juan 1:7-8 ).
El mundo piensa que la intimidad se produce en la oscuridad, pero Dios dice que ocurre en la 
luz. Tendemos a usar la oscuridad para ocultar nuestras heridas, errores, temores, fracasos y 
defectos. Pero en la luz, traemos todo esto a la claridad y confesamos quién realmente somos.
Por supuesto, ser auténtico requiere valentía y humildad. Esto quiere decir afrontar el miedo a la 
exposición, al rechazo y el ser herido de nuevo.
¿Por qué alguien correría ese riesgo?
Porque es la única manera de crecer espiritualmente y emocionalmente saludables. La Biblia dice: "Por
eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados." (Santiago 
5:16a)






En la comunión cristiana las personas deben experimentar la autenticidad.
La comunión auténtica no es superficial. Es genuina, de corazón a corazón.





Amistades Auténticas





Rick Warren



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