Si quitas de en medio de ti el yugo,
el amenazar con el dedo y el hablar iniquidad,
y si te ofreces al hambriento,
y sacias el deseo del afligido,
entonces surgirá tu luz en las tinieblas,
y tu oscuridad será como el mediodía.
Y el Señor te guiará continuamente,
saciará tu deseo en los lugares áridos
y dará vigor a tus huesos;
serás como huerto regado
y como manantial cuyas aguas nunca faltan
Este texto corresponde a la tercera y última sección del profeta Isaías
que comienza con el capítulo 55. Esta sección también es conocida como
“Trito-Isaías” o “Tercer” Isaías. Estudiosos de las Escrituras creen que
las secciones de Isaías, comenzando con el capítulo 40, fueron escritos
por un autor diferente a los primeros 39 capítulos. La audiencia de
esta sección son los hijos de Israel durante la cautividad de Babilonia,
unos 150 años después de la primera parte de Isaías, cerca del siglo
sexto antes de Cristo. En esta última sección de Isaías, hay un cambio
notable en su estado de ánimo del desaliento a la esperanza en un futuro
glorioso para Israel. El tiempo del exilio ha terminado y ahora hay un
tiempo prometedor y alegre para todo Israel.
El ayuno es un tema frecuente en las Escrituras. En la primera parte de
este pasaje, el verdadero ayuno no consiste sólo en abstenerse de
alimentos sino en compartir la comida con el hambriento, vestir al
desnudo y liberar a los oprimidos. Los resultados de este verdadero
ayuno será una gran alegría para todo el pueblo. Los que ayunan de esta
manera estarán en la presencia del Señor.
Oh Dios, tu permitiste que tu luz de justicia, paz, y sanación brillara a
través de tu Iglesia. Permite hoy que tu luz
siga brillando a través de tus hijos e hijas para llevar a todos los
pueblos a la reconciliación en este mundo de lucha y división.
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